Tras una larga y razonable ausencia del mundo del tenis, y después de obtener la nacionalidad estadounidense en 1994, Mónica regresó al circuito en 1995, y el mundo del tenis estaba encantado con su vuelta; todos, excepto sus rivales. Volvía compartiendo el nº 1 del ranking con Graf, y ganó el torneo que supuso su vuelta a la dura competición; el Open de Canadá, logrando un record al perder 14 juegos durante todo el torneo. Jugó su primer Grand Slam tras su vuelta, y todos los aficionados querían ver una batalla Seles-Graf en la final del U.S Open. Graf ganó el partido en 3 sets 7-6 0-6 6-3. Mónica estaba encantada de estar de vuelta jugando al tenis otra vez, y el mundo del tenis se lo agracecía con enormes muestras de cariño. El tenis la necesitaba.
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